lunes, 21 de diciembre de 2015

Evolución

Todo en el mundo, incluidos todos los seres vivos, está formado por elementos químicos, todos los cuales nacieron en los hornos nucleares llamados estrellas (y no por obra de ningún Dios). Y la vida es simplemente el resultado de la interacción, crecientemente compleja y a través de miles de millones de años, de esos elementos.

No hubo ningún Dios que creara nada: ni al mundo, ni ningún paraíso terrenal, ni a ningún Adán, ni a ninguna Eva. Hubo simplemente evolución, primero de la materia a partir de los gases calientes y los elementos creados en las estrellas; y luego también de la vida a partir de los organismos más simples resultantes de tal proceso previo. Fue a partir de eso, y de la creciente complejidad a lo largo del descomunal período de tiempo transcurrido desde el inicio, que se llegó a algo tan fabuloso como el cerebro humano, que sin duda de aquí a dos millones de años será aún más grande y poderoso de lo que es actualmente, porque la evolución nunca se ha detenido ni nunca lo hará.

La historia de todo lo que existe es la historia de la evolución. Es la idea más simple y más lógica.

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