miércoles, 6 de julio de 2016

La Creencia en un Determinado Dios: Simple Consecuencia del Contexto



Una respuesta dura, pero precisa y al grano. Efectivamente, creer en uno u otro dios es sólo cuestión de accidente, una mera consecuencia del lugar y época donde se nació.

Una persona que en lugar de haber nacido en América o Europa lo hubiera hecho en un país musulmán, creería (llevado por la fe en lo que le inculcaron y no por la razón y la evidencia) en Mahoma y el Corán, y no en Cristo (a quien vería como un simple profeta) ni en la Biblia.