Haciendo uso de su curiosidad científica y apelando a sus conocimientos de matemáticas, el filósofo y multifacético sabio griego Eratóstenes hizo hace 2,200 años un cálculo fabuloso.
Para ello recurrió a una medición de la distancia de dos puntos de la superficie terrestre (800 kilómetros), y a la del ángulo de la sombra que proyectaban dos estacas verticales colocadas en ellos en un mismo día del año. Luego aplicó las matemáticas, imaginando que las estacas se prolongaban hasta el centro de la Tierra, y considerando los grados que tiene una circunferencia.
Su cálculo fue: 40 mil kilómetros. Y los científicos de nuestra época, premunidos de los más precisos instrumentos de medición, comprobaron, maravillados, que estaba en lo correcto.
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