El abandono o apostasía del islam es considerado un grave delito de traición en muchos países. En seis de ellos se paga con pena de prisión y en trece con la de muerte.
Una infamante lista que nos muestra y nos recuerda lo muchísimo que le falta recorrer al mundo en materia de educación, cultura, pensamiento racional y tolerancia. Y no sólo se trata de estos países y su radicalismo, sino también de muchos otros en los cuales no sólo el islam sino también otras religiones ejercen una intolerable presión social y política sobre las personas.
Las personas deberían ser libres de creer, por propia convicción y sin ninguna coerción ni intimidación, en una u otra religión, o de no creer en ninguna.
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