El presidente de Estados Unidos no quiere que Dios sea expulsado de las escuelas ni de la vida norteamericana.
En realidad, esa situación ya viene ocurriendo, y lo seguirá haciendo de manera inexorable, a medida que el pensamiento científico y racional, basado en hechos y evidencias, continúe desplazando a la mitología religiosa, basada en "revelaciones" y textos "sagrados".
No hay comentarios:
Publicar un comentario