La ciencia todavía no puede explicar de dónde salió el universo, pero en algún momento lo hará, tal como ha ido explicando cada cosa que antes se desconocía y que la religión y la pseudociencia aprovechaban para atribuirlo a los dioses, a la magia o a cosas por el estilo.
Es sólo cuestión de tiempo. Así ha ido ocurriendo con todos los temas mediante los cuales la ciencia nos ha ido abriendo los ojos del conocimiento: átomo, ADN, electromagnetismo, células madre, funcionamiento neuronal, evolución de las especies, expansión del universo, relatividad, agujeros negros y mil cosas más.
Los huecos del conocimiento son cada vez más pequeños, pues la ciencia lo va explicando todo. La religión tiene cada vez menos espacios vacíos para rellenarlos con sus fábulas de dioses. El "dios de los huecos" se está haciendo cada vez más pequeño e irrelevante.
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